Protestarium

Es de gran importancia su situación pocos recursos y triste realidad, niños que viven en la enfermedad, que necesitan tu colaboración. Y aunque todo esto te parezca ficción, es horrible sentir la necesidad y vivir en la eterna oscuridad sin haber tomado tu la decisión. Esto es lo que viven día a día, millones de personas afectadas, sufriendo una verdadera agonía. Viendo sus facultades agotadas, sin mostrar en su rostro la alegría, con sueños e ilusiones frustradas.

Hay que llorar por la familia Hay que llorar por los amigos Hay que llorar por los seres queridos Hay que llorar por las tragedias Hay que llorar por la muerte Hay que llorar por la vida Hay que llorar por la alegría Hay que llorar por la tristeza Hay que llorar por la pobreza Hay que llorar por las injusticias Hay que llorar por las guerras

¿Por qué ellas no juegan al fútbol? ¿Por qué ellos no hacen ballet? ¿Cuál es el motivo? Yo no lo sé. Ellos siempre más fuertes nosotras más débiles siempre se ve así y no tiene un por qué. Es muy injusto no todo el mundo lo cree solo un machista lo ve del revés. Esto va a cambiar así no va a quedar esta sociedad.

Hay que llorar por el mar alborotado y el llanto desconsolado.  Hay que llorar por las historias sin final feliz.  Hay que llorar por las despedidas y las perdidas.  Hay que llorar por el rechazo y las derrotas.  Hay que llorar por la vida.

Ya caen lágrimas desconsoladas y resbalan por sus ojos con pena, y ya no pueden salir de su cueva prisioneras se sienten asustadas. Sin pieles, su suerte no vale nada. Arrancar sus vestidos les condena y son sacrificados en cadena, sus cuerpos desnudos no valen nada Abrigos fríos de pieles sin alma, queréis salir de casa para lucir los gritos de rabia y pena al alba. No necesitamos lujos de pieles si protegemos a los animales, ya no es justo con ellos ser tan crueles.

Le fue a comprar el vestido  y se dejó el fuego encendido se fue a por el vestido y sal, y se encontró el terrible final. Se fue y su casa estaba en llamas y al volver su hija le gritaba desde la casa le gritaba, se decía salva a la hija que tu amas. Llamó a los bomberos y a la ambulancia para que ayudasen a su hija y se quitase eso de la cabeza. Le salvaron la infancia ella en su sitio estaba fija y les pagó a los bomberos una cerveza. 

Por lo bueno, por lo malo, por cuando te ríes o te emocionas, por cuando ya no puedes mas y te invade la tristeza, por los momentos inolvidables y las personas que te marcan, por lo que cambia, por lo que estaba y ya no está, por los que se fueron, por los que llegaron, por lo que perdimos, por lo que ganamos, por todo aquello que no nos gusta... Texto inspirado en el Llanto eléctrico de Raúl Vacas