El llanto eléctrico

Hay algo de magnético en el llanto. Como si un timbre nos pulsara los ojos y el frío del invierno hiciera un nido en la mirada, llena de perdices muertas. Y no quedara más remedio que llorar. Llorar por las oscuras golondrinas, por el verano sin mar, por los cortocircuitos, por las zarzas azules, por los contenedores rotos, por los combates de boxeo, por el regreso a casa, por la rutina de los lunes, por la prisa del viento, por la fruta podrida, por las alfombras persas, porque no pudo ser, por la muerte en fascículos, por las pestañas perdidas, por el cansancio del mar, porque murió la tortuga.
Hay que llorar un llanto eléctrico esta noche. [...]
Esto y ESO de Raúl Vacas
Inspiración para los poemas Hay que llorar por...

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